Oscars 2019: «Green Book» le roba el protagonismo a «Roma» y a «Bohemian Rhapsody»

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En 1997, se otorgó el premio de honor de los Oscars a Stanley Donen, creador de joyas inmortales como ‘Cantando bajo la lluvia’ o ‘Dos en la carretera’. El cineasta vivió una época dorada que -para bien y para mal- queda muy lejos del Hollywood de hoy, donde la diversidad cultural impera entre los nominados a los premios de la Academia, los presentadores renuncian al cargo por un ‘tuit’ y galardones honoríficos como el suyo se entregan en una ceremonia aparte. También es un tiempo donde el In Memoriam se olvida de mencionarle, aunque sin él sería imposible entender el musical ‘hollywoodiense’.

Este olvido no ha sido la primera torpeza de la Academia en esta 91ª edición de los Oscars, para la que ha tenido que recular hasta en dos ocasiones -por el infame premio a Mejor Película Popular y por querer dar ciertos premios en el espacio publicitario- y la que finalmente se ha quedado, por primera vez en 30 años, sin maestro de ceremonias. Rarezas de la organización a un lado, este ha sido un año particularmente sorprendente, en el que las incontables polémicas no han podido con dos de las grandes vencedoras (‘Green Book’ de Peter Farrelly y ‘Bohemian Rhapsody’ de Aquel-que-no-debe-ser-nombrado), la predictibilidad de gran parte de los premios era casi irrisoria y los votantes no se han arriesgado a darle el gran premio a ‘Roma’.

Así han sido los Oscars 2019.

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1. Casi todos los caminos llevan a ‘Roma’

No, ‘Roma’ no ha hecho historia convirtiéndose en la primera producción hispanohablante en llevarse el Oscar a Mejor Película, pero sí lo ha hecho en otras categorías. Alfonso Cuarón ha ganado el de Mejor Dirección por segunda vez -la anterior fue por ‘Gravity’- y confirma la racha imbatible de los directores mexicanos en Hollywood, junto a Guillermo del Toro y Alejandro G. Iñárritu. Además, ha demostrado que no necesita a su eterno director de fotografía, Emmanuel Lubezki, para hacerse con un Oscar en esa misma categoría él mismo. No en vano estaba nominado en cuatro categorías distintas, exhibiendo su capacidad de hombre-orquesta.

‘Roma’ ha recogido un tercer galardón, uno que siempre ha tenido desde el principio en el bolsillo: el de Mejor Película de Habla no Inglesa. Ni ‘Cold War’ de Pawel Pawlikowski ha podido hacerle sombra a la película de Netflix, que se ha convertido en la primera victoria en esta categoría para el país de México. En efecto, los mexicanos arrasan con las producciones norteamericanas, pero nunca habían conseguido triunfar con una propiamente mexicana. Cuarón sigue haciendo historia, aunque no tanto como le hubiese gustado.

2. Green Book y los mensajes necesarios

Peter Farrelly no se ha cansado de repetir en esta temporada de premios que ‘Green Book’ es una película que fomenta el entendimiento, y que su moraleja de cuento a lo Frank Capra es más necesaria hoy que nunca. Sabemos que las narrativas de marketing en las campañas de los Oscars son vitales, y aquí ha sido más determinante que nunca: en efecto, ‘Green Book’ se ha llevado el premio a Mejor Película -también a Mejor Guion Adaptado y Mejor Actor de Reparto- batiendo a la que parecía que iba a arrasar con todo, ‘Roma’. Poco han importado, ya subidos todos en el escenario, los comentarios islamófobos de su guionista Nick Vallelonga, las indiscreciones de Farrelly en los 90 o las críticas de la familia de Don Shirley sobre el retrato que hacen de su padre. Las polémicas se han aplacado con el sonido del ‘The Oscar goes to…’ y ahora vuelve a ese momento dulce en el que ganó el Premio del Público en el Festival de Toronto.

Su intención siempre ha sido hablar del racismo, con un retrato del Estados Unidos de los años 60 que el congresista John Lewis alababa sobre el escenario del Dolby Theatre. Sin embargo, en la era de las reivindicaciones sobre representación y nuevas perspectivas especialmente en la comunidad afroamericana, lo más galardonado de la noche ha sido una película hecha por hombres blancos hablando de la experiencia negra con un protagonista blanco. Un relato de redención para un racista que brilla por su simpatía y gusto exquisito para la comedia, pero que no representa ninguno de los valores que Hollywood venía exigiendo en los últimos dos años. Ay, qué lejos ha quedado ‘Moonlight’.

3. Sin presentador no hay paraíso

Hace exactamente 30 años, los Oscars se quedaron por primera vez sin presentador. Fue una gala que se recuerda como el desastre más grande de la historia de los premios, con una apertura musical de 11 minutos con Rob Lowe y Blancanieves que causó tal bochorno en la industria que, al día siguiente, una veintena de estrellas -incluidas Julie Andrews y Paul Newman- firmaron una carta tildando al show de “una vergüenza tanto para la Academia como para la totalidad de la industria del cine”. Los premios de Hollywood aprendieron la lección… hasta 2019.

Anoche, los Oscars volvieron a quedarse sin presentador, y, bueno, no se le echó demasiado de menos. Ayudó que los organizadores acortaran la gala a tres horas -una menos de lo habitual en los últimos años- y la embutieran con actuaciones musicales variadas, desde Queen a Lady Gaga. Nivel. Así, el resultado ha sido una ceremonia que se ha llevado con acierto, con sorpresas y momentos divertidos, pero con una dirección conjunta algo desangelada. ¿Qué ha sido de esa línea humorística e incluso ideológica que marca desde el monólogo inicial el presentador? ¿Quién va a hacerse selfies conjuntos ahora sin ellos? ¿Quién va a comentar de forma jocosa todas las nominadas? ¿Quién va a hacer los chistes que todos queremos escuchar? Esperemos que el año pasado se lo piensen mejor.

4. ¡Freddie Mercury está vivo!

A mitad de la ceremonia, cualquier podría haber predecido que algo parecido a los Globos de Oro iba a suceder, y que ‘Bohemian Rhapsody’ se alzaría con el gran premio de la noche. Como para no pensarlo: la gala empezaba con un concierto de Queen, con dos de los miembros originales de la banda y el nuevo vocalista, Adam Lambert, que ponía a todo el mundo el pie y rendía homenaje a la figura de Freddy Mercury. En su vida está basada mayoritariamente la película de Bryan Singer (¿se nos permite decir su nombre o eso sólo es para el equipo?), que, al hacerse con el premio a Mejor Montaje, aumentaba sus opciones de triunfar. Recuerden que hay una norma no escrita que dice que, quien se lleva el montaje, suele llevarse la Mejor Película. Supersticiones ‘hollywoodianas’.