Este lunes Elon Musk cerró finalmente la compra de Twitter por un monto de US$44.000 millones.
El multimillonario había ofrecido US$54,20 por acción la compañía durante semanas pasadas y recientemente logró recursos por US$46.500 millones para adelantar la transacción.
En un documento en el que explicaba sus motivaciones para esta movida, el magnate nacido en Sudáfrica y nacionalizado estadounidense dijo que invirtió en Twitter por creer en su potencial como “plataforma para la libertad de expresión”.
“Creo que la libertad de expresión es un imperativo social para una democracia que funcione”, adicionó Musk en el texto.
Entre sus planes ha develando que pretende flexibilizar las políticas de moderación de contenido para permitir una mayor libertad de expresión, así como eliminar la publicidad y potencialmente retirar a Twitter de la bolsa.
El dueño de Tesla y SpaceX apareció recientemente como la persona más rica del planeta en el listado de magnates de Forbes, con una fortuna de US$219.000 millones.
A Musk se le considera el “empresario del futuro” porque desde pequeño se ha interesado en temas espaciales y energéticos, y de hecho sus inversiones están enfocadas en ello.
Así las cosas, ahora se mete en el negocio de las redes sociales con Twitter, donde ya poseía el 9,2% de los títulos.
Según informes, este fin de semana e incluso hasta la madrugada de hoy Musk estuvo ultimando detalles para cerrar la transacción.
Se espera el pronunciamiento oficial de ambas partes.
