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Los reconocimientos más codiciados del cine, depararon muchas sorpresas y unas cuantas decepciones.
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El pasado domingo 24 de febrero, en el Teatro Dolby de Los Ángeles, se realizó la entrega número 85 de los premios Oscar. Los reconocimientos más codiciados del cine, depararon muchas sorpresas y unas cuantas decepciones. La ceremonia, amenizada por el comediante Seth McFarlane, contó con la participación de vocalistas destacadas como Barbra Streisand, Adele (ganadora del Oscar a mejor canción original por “Skyfall”) y la veterana Shirley Bassey, quien celebró el 50 aniversario de James Bond.
Más allá de los aciertos musicales, la repartición de los galardones fue bastante discutible. En ella midieron factores políticos que no tienen mucho que ver con la calidad artística. Así, mediante un enlace desde la Casa Blanca, la Primera Dama Michelle Obama se encargó de abrir el sobre que contenía el título de la ganadora como mejor película del año: “Argo”, cautivante thriller de la vida real, que elogia al gobierno estadounidense y glorifica el papel de la CIA.
La relevancia histórica de “Lincoln” pasó en segundo plano: la obra maestra de Steven Spielberg, que merecía arrasar con las estatuillas, obtuvo únicamente dos, de un total de doce nominaciones: mejor actor principal (Daniel Day-Lewis) y diseño escenográfico.
Curiosamente, “Argo” obtuvo tres galardones (mejor película, guión adaptado y montaje); y en ese sentido, fue superada por “Una aventura extraordinaria”, que recibió cuatro: dirección (Ang Lee), fotografía, música y efectos visuales.
La sobrevalorada “Los Miserables” ganó en los rubros de maquillaje, mezcla de sonido y actriz secundaria (Anne Hathaway). El western de Quentin Tarantino “Django sin cadenas” se alzó con dos Oscar: mejor guión original y actor secundario (Christoph Waltz). Por su lado, “Valiente” le ganó al superior “Frankenweenie” como mejor largometraje de animación.
Jennifer Lawrence se tropezó mientras subía al escenario para recoger el premio a la mejor actriz principal por “Los juegos del destino”. Ese fue uno de los momentos más sonados de una velada que contó con un curioso empate entre “Skyfall” y “La noche más oscura”, en la categoría de mejor montaje de sonido.
