Domingo 2 de marzo de 2014: Una noche para recordar

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Simplemente memorable. La ceremonia de entrega número 86 de los premios Óscar, que se efectuó el pasado domingo 2 de marzo en Los Ángeles California, Estados Unidos, será recordada como una de las más significativas en muchos años, y no solamente por el excelente promedio de las películas en competencia.

La presentación de Ellen Degeneres fue muy amena y le aportó fluidez a la larga actividad, incorporando situaciones típicas de la comedia televisiva: por ejemplo, el gesto de repartir pizza entre los ilustres asistentes -la crema y nata de Hollywood, desde Meryl Streep hasta Martin Scorsese-, para luego pasar a recolectar dinero en efectivo.

Degeneres prometió romper récords en Twitter, publicando un autorretrato junto a varias estrellas, incluyendo Bradley Cooper (quien tomó la foto) y Brad Pitt. Efectivamente, la simpática anfitriona cumplió su promesa, causando sensación en la conocida red social.

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Tales ocurrencias, bien planificadas pero también dotadas de cierto espíritu de improvisación, le agregaron dinamismo a una transmisión que se extendió durante tres horas, pero logró mantener un ritmo bastante ágil. La calidad de las obras concursantes contribuyó al interés general creado por el espectáculo. Éste contó con varios momentos emotivos: desde conmovedores discursos de aceptación, hasta interludios musicales espléndidos.

En este sentido, sobresalió la participación de Bette Midler cantando «The Wind Beneath My Wings», en homenaje a los cineastas fallecidos en los últimos doce meses y la vibrante actuación del grupo U2, tocando una versión acústica de su propia canción «Ordinary Love» (de la película «Mandela»). Además, resaltó la vocalista Pink con su pulida interpretación de la clásica «Over the Rainbow», como parte de un homenaje a «El mago de Oz» (1939) en su 75 aniversario.

Al cerrarse el telón entre abrazos y aplausos, inicia una nueva cuenta regresiva. Faltan 365 días para la próxima entrega…